En mis inicios, mi formación se ha basado en el método cognitivo-conductual.
Posteriormente, he ampliado mis conocimientos dirigiéndome hacia un modelo psicodinámico basado en la Psicoterapia Breve, un modelo de trabajo eficiente y basado en la evidencia científica, del que me considero muy orgullosa de haberme formado por lo eficiente que es y los cambios tan significativos que se obtienen de él.
A través de este modelo se profundiza en las distintas problemáticas produciendo cambios necesarios y perdurables en el tiempo, en función de la problemática se establecerán un número limitado de sesiones con el consiguiente ahorro de tiempo y de dinero que esto supone.
¿En que consiste la Psicoterapia breve?
La Psicoterapia Breve se configura como un modelo integrador que se centra en como las experiencias vitales pasadas afectan y condicionan nuestra manera de percibir, sentir, pensar y actuar en el presente. Se apoya en descubrimientos científicos de la biología de la mente, lo que nos permite conocer y entender cómo se conforma nuestro psiquismo, tanto consciente como inconsciente, a partir de las redes neuronales que se van creando como consecuencia de nuestras vivencias. Esto nos permite la creación de tratamientos mucho más eficaces, ya que abordamos los problemas emocionales y/o conductuales desde su origen.
La Psicoterapia Breve, aunque tiene una base psicodinámica gracias al incremento de las investigaciones científicas ha ido incorporando aportaciones de diferentes paradigmas adquiriendo una base más integradora.
Desde Psiqueactiva, acogemos y empleamos técnicas y procedimientos de distintas corrientes psicológicas, todas ellas con demostrada eficacia clínica, para ofrecerte una atención personalizada y de la más alta calidad.
El objetivo fundamental de la Psicoterapia Breve es ir más allá de la reducción o desaparición de los síntomas con los que el paciente viene a consulta, sino que pretende provocar cambios estables y duraderos en su manera de actuar, pensar y sentir que le permitan afrontar las situaciones de una manera más adaptativa, consiguiendo un equilibrio emocional.
ESTRUCTURA DE LA INTERVENCIÓN EN CUATRO FASES DIFERENCIADAS
Consiste en una primera entrevista para conocer a la persona y el motivo el que consulta, evaluando su estado de salud en la dimensión física, mental, emocional y social. Al finalizar esta se informará sobre la impresión diagnóstica facilitando una propuesta terapéutica, así como se ofrecerá un espacio para la resolución de dudas.
Antes de comenzar lo que es el proceso de intervención se destinarán entre cuatro y seis sesiones a la evaluación en profundidad de la persona. Para ello se hará uso de diferentes escalas clínicas, escalas, tests para hacer una formulación completa de la situación del paciente, tanto del motivo del paciente, los conflictos identificados que originan y mantienen el problema, así como las fortalezas con las que cuenta. Una vez realizado se hará un pronóstico y un diseño de intervención psicoterapéutica compartido con la persona con el fin que entienda lo que le pasa y que necesita para sentirse mejor.
Una vez realizada la evaluación se realiza el proceso de intervención psicoterapéutico ajustada a las necesidades concretas de la persona. Durante la misma se irán realizando entrevistas de seguimiento con el fin de ir analizando los logros conseguidos, detectar las áreas en las que se encuentra mayor dificultad e ir reajustando los objetivos en función de la evolución. El objetivo será conseguir una mejoría clínica en un tiempo determinado y propuesto tras el proceso de evaluación trabajando para que la persona sea capaz por sí misma de manejar su estado de saludo.
Una vez alcanzada la estabilización clínica las sesiones se irán espaciando en el tiempo con el fin de que se favorezca la autonomía respecto al manejo de su estado de salud y su propio bienestar. El objetivo de esta fase es desarrollar los puntos de apoyos que aporten estabilidad y minimicen el riesgo de posibles recaídas.