El perfeccionismo

El perfeccionismo

El perfeccionismo no es la búsqueda de lo mejor de nosotros mismos sino la persecución de esa parte que dice «nunca es suficiente«. Julia Cameron.

¿Estáis de acuerdo con esto?

En la mayoría de las ocasiones el perfeccionismo lleva asociada una baja autoestima que generamos la conciencia de que no somos suficiente bueno, que aquello que hacemos tampoco es suficiente o digno de apreciación.

Cuando esto ocurre y nos enfocamos en la búsqueda del perfeccionismo dejamos a un lado los sentimientos y emociones en la búsqueda de un imposible, porque pretender ser perfecto es totalmente imposible, siempre habrá alguien mejor que nosotros en algo, siempre habrá aspectos de nosotros mismos a mejorar, aspectos de la que vida a cambiar, siempre podríamos haberlo hecho mejor y nunca será suficiente.

Algunas de las características de las personas perfeccionistas son:

  • excesiva rigidez
  • altos niveles de exigencia hacia sí mismos y hacia los demás
  • trabajan, piensan y deciden bajo la premisa de que no hay posible margen de error
  • necesidad de tener todo bajo control y no dejar margen ninguno a la la improvisación
  • dificultad en la toma de decisiones llegando en muchos ocasiones a bloquearse por miedo a equivocarse
  • personas con elevado nivel de competitividad
  • personas con baja tolerancia a la frustración

Buscar la excelencia en algo no malo en sí mismo pues nos invita a superarnos, nos motiva a mejorar en aquello que hacemos o que somos. Sin embargo, el ser perfeccionista resulta perjudicial porque en definitiva nos invita en todo momento a compararnos, a mostrar una autocrítica excesiva y esto nos lleva a una situación de frustración e infelicidad constante con una sensación de fracaso constante porque nos impondremos unas metas inalcanzables y a una dificultad en la toma de decisiones por miedo a equivocarte.

Resulta primordial aprender a gestionar estas consecuencias, a realizar un trabajo personal con el fin de obtener una más adaptada y aceptarte tal como eres y que lo que todos compartimos es que ninguno de nosotros resulta perfecto, ni toma las mejores decisiones ni hace siempre las cosas de la mejor manera, aprender a aceptar esta realidad y a querernos tal y como somos y aprender a gestionar las dificultades de la vida diaria sin pretender alcanzar unos parámetros inalcanzables resulta liberador y nos llevará a ser más felices y vivir más acorde a la realidad sin ser nuestros peores enemigos.

En muchas ocasiones es necesario equivocarse y aprender de los errores para seguir evolucionando y avanzar.

¿Porqué no dejar de pretender ser perfectos?

Psicóloga Carmen Sánchez.

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