¿Sabes si tienes dependencia emocional?

Un tema recurrente en consulta es el de la dependencia emocional. Lo que se presenta como dependencia emocional es básicamente una demanda afectiva excesiva hacia el otro y puede darse en todo tipo de relaciones, no es exclusiva de las relaciones de pareja, pero es aquí donde más se pone de manifiesto y resulta más evidente.

Nos han hecho creer que somos medias naranjas en busca de la otra media. De tal forma que si no se produce este encuentro estaremos condenados a vivir con un sentimiento de vacío, un vacío que no podrá ser cubierto ni por amigos, ni familiares sino solamente por esa persona que te da ese amor diferente. Será importante determinar si se prefiere o si en verdad se necesita.

El estereotipo de esta dependencia emocional es la expresión de una demanda excesiva de reclamo, de control, los celos, etc. Hacia la otra persona. Esto es a través de una demanda explícita pero también puede darse también de un modo más encubierto en la que su demanda es igual de intensa, pero de una manera camuflada o encubierta.

Se ha observado que este tipo de personas dependientes tienen unas características particulares como son:

  • una falta de autonomía desarrollando un estilo de apego en el que la persona se construye y se piensa a través del otro.
  • presencia de sesgos cognitivos o en su forma de pensar que hacen que tenga una percepción distorsionada de la realidad.
  • problemas en el proceso de individualización o de diferenciación. Este fallo en el proceso de individualización que sucede durante la adolescencia y el paso a la etapa de madurez no se ha concluido correctamente por lo que tiene un modelo interno de relación fusionado emocionalmente.

¿Qué podemos hacer para superar esta dependencia emocional?

Algunas propuestas:

  1. Refuerza tu autoestima: comienza a valorarte haciendo cosas por y para ti. Esto te ayudará a potenciar tus virtudes y fortalezas.
  2. Sé asertivo: aprende a poner limites y saber decir no, toma tus propias decisiones según tus pensamientos y creencias. No antepongas sus criterios y sus gustos a los tuyos.
  3. Relaciónate con otras personas: fomenta el tener amigos fuera del círculo de la pareja para disfrutar del tiempo libre y fomentar tu independencia. Al principio te puede costar pero poco a poco verás que disfrutas con otra compañía.
  4. Afronta el miedo a la pérdida: piensa que una relación es libre y cualquiera de las dos partes tiene el derecho de querer romperla. Si somos conscientes de que esto puede ocurrir será más fácil gestionar la posible perdida.

Es fundamental saber priorizarnos y aceptarnos para poder incorporar todo esto en nuestras relaciones y que las relaciones que establezcamos se basen en la confianza, el respeto y el entendimiento mutuo. Aceptar que no somos medias naranjas y no necesitamos de otra mitad, sino que somos personas completas que quieren encontrarse con otra completa y no con medias naranjas que necesiten que les cubran necesidades y carencias no satisfechas.

Esta manera de relacionarse genera un intenso malestar tanto para la persona que la padece como para las demás personas con las que se interrelaciona por lo que suele ser aconsejable la ayuda de un profesional con el que solventar esta problemática que puede resultar tremendamente desgastante.

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Carmen Sánchez.

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