Comportamiento y TDAH

Evidencia científica avala que el déficit de atención por hiperactividad (TDAH) presenta un origen multifactorial, lo cual quiere decir que diversas condiciones aumentan la probabilidad de desarrollar este padecimiento.

¿Qué factores influyen en su desarrollo?

  • Factores genéticos: estos juegan un factor muy importante en su desarrollo, estudios realizados con gemelos ponen evidencia en que el comportamiento hiperactivo y la inatención tiene una alta probabilidad de transmisión genética.
  • Complicaciones pre-post natal: se ha demostrado que dificultades antes o durante el parto pueden provocar lesiones en el tejido cerebral. Algunas de estas complicaciones pueden ser infecciones, retención de líquidos, así como la existencia de fiebres durante el embarazo, desnutrición, existencia de accidentes, etc.
  • Desbalance o deficiencia química: algunas investigaciones sugieren la existencia de un desbalance de ciertos neurotransmisores que se encuentran en diferentes partes del cerebro.
  • Propia estructura del cerebro: investigaciones ponen de manifiesto una diferencia significativa en el volumen del cerebro en que se ha encontrado una reducción de su volumen de hasta el 5% y alrededor del 12% de estructuras cerebrales encargadas del autocontrol y la autorregulación que se hayan en la corteza prefrontal.
  • Familia: la interacción familiar juega un papel importante en el reforzamiento de ciertas conductas con el que se potencie un estilo educativo flexible y colaborativo.

Es importante tener en cuenta que el TDAH es más que un problema de desempeño, de incapacidad de mantener un autocontrol, sino que se encuentran también dificultades en la organización de tareas diarias, de un manejo adecuado del tiempo, existe una dificultad en la propia gestión emocional y son actitudes que van a requerir una adecuado apoyo familiar.

¿Qué pueden hacer los padres ante las situaciones de desafío de sus hijos?

Es importante tener en cuenta que un niño con TDAH es un torbellino de conductas inadecuadas y que suelen asociarse con altos niveles de impulsividad y en muchas ocasiones técnicas que funcionan para otros niños con ellos no sucede.

Algunas de las técnicas conductuales que ofrecen buenos resultados y que han de ser aplicadas con constancia son las siguientes:

  • elogiar acciones positivas: reforzar todas aquellas acciones que se quieren implementar y que nos acercan a las conductas que pretendemos conseguir.
  • aplicar el «tiempo fuera»: esta es una técnica muy recomendada para situaciones de agresividad, en la que el niño insulta y en definitiva pierde el control de sí mismo. Esta consiste en aislar al niño en un lugar ausente de estímulos durante un tiempo breve de tiempo (un minuto por cada año de edad del niño) y en el que una vez ha pasado este tiempo el niño se podrá incorporar a la actividad que estaba realizando.
  • darles tiempo para la reflexión: hay que tener en cuenta con ellos que su tendencia a la impulsividad no piensan todo lo que dicen por lo que es conveniente ofrecerles un tiempo para la reflexión  y que puedan reaccionar positivamente.
  • fortalecer los límites, la autonomía y la responsabilidad esto les hará más participes de algunas decisiones familiares.
  • simplificar las reglas de casa: es importante anotar las reglas de casa así como las consecuencias de su incumplimiento.

Se ha demostrado que un tratamiento multimodal en el que se combine tratamiento psicológico y en algunos casos farmacológico se obtienen buenos resultados.

Carmen Sánchez.

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